Comer o no comer: el dilema del plátano en la obra de arte de Maurizio Cattelan

El pasado 30 de abril, en Seúl, Korea, un estudiante entró al Museo de Arte Leeum y se comió una de las obras expuestas en forma de plátano. Antes de que te alarmes pensando que comió un pedazo de mármol o arcilla, la obra en cuestión es Comediante, del artista italiano Maurizio Cattelan. Tal vez incluso la recuerdes de la primera vez que causó revuelo en diciembre de 2019, cuando fue puesta a la venta por $120,000 USD en la feria Art Basel Miami Beach. Se trata de un plátano (real) pegado a la pared con un pedazo de cinta adhesiva plateada.

Noh Huyn-soo, el estudiante, expresó que sus acciones fueron motivadas por hambre, ya que no había desayunado. Cuando terminó, volvió a pegar la cáscara resultante a la pared. Debido a lo repentino del acto, no se tomaron acciones al respecto. El artista fue informado del incidente, pero no reaccionó. Según Noh, el acto de comer el plátano constituye también arte en sí mismo, en forma de performance. No es la primera vez que alguien se come esta obra, ya que el artista David Datuna hizo lo mismo en el debut de la obra en Miami.

Un plátano que es arte

El trabajo de Maurizio Cattelan se caracteriza por su enfoque subversivo y desafiante, y a menudo utiliza la ironía y el humor para cuestionar las normas culturales y sociales. Sus obras incluyen esculturas, instalaciones, fotografías y performances que invitan al público a reflexionar sobre su propia percepción del mundo. Cattelan es conocido por su capacidad para desafiar la percepción tradicional del arte y para generar controversia, lo que lo convierte en uno de los artistas más influyentes e innovadores de su generación.

Comediante no es la primera vez que Cattelan pegó con cinta algo a la pared. En 1999, pegó durante dos horas al galerista Massimo De Carlo a la pared, en lo que es sin duda una crítica del mundo del arte. En el caso del plátano, tomó un producto sencillo, de fácil acceso y perecedero y lo puso en un pedestal en el que es deseado por el mundo del arte, a un punto en el que hay personas dispuestas a pagar cientos de miles de dólares por él. La pieza generó una gran controversia en el mundo del arte, debido a su precio y a la aparente simplicidad de la obra. La venta de la obra por una cantidad tan alta de dinero planteó preguntas sobre el valor del arte conceptual y la propiedad de las ideas en el mundo del arte.

¿A quién pertenece el arte conceptual?

Si, como la mayoría de nosotros, no conoces mucho de arte conceptual, de seguro tienes muchas preguntas sobre Comediante. Si la obra es de 2019 y se utilizó un plátano real, ¿por qué se lo pudo comer Noh? ¿No estaría echado a perder? O, si reemplazan el plátano por uno fresco cada cierto tiempo, ¿por qué la obra vale tanto? ¿Qué tan caro puede ser un plátano? Si yo compro un plátano y un rollo de cinta plateada, ¿puedo replicar Comediante? Y sobre todo, ¿puedo cobrar $120,000 USD por mi reproducción?

Las respuestas a estas preguntas son interesantes. Para una obra como que puede ser reproducida como Comediante, su valor yace no en el plátano con un pedazo de cinta en sí, sino en su capacidad para ser replicada. Cuando se vendieron 5 ejemplares de esta pieza en Art Basel Miami Beach, lo que recibieron los compradores fue un certificado de autenticidad que les da el derecho de reproducirla bajo el nombre del artista. También incluye instrucciones específicas para exponerla.

El efecto de Comediante

Sea cual sea tu opinión de Comediante, es una pieza que ha dado mucho de que hablar desde que se viralizó hace un par de años, y que cumple su cometido de criticar el absurdo mercado del arte. Además, sus interacciones con el público y con otros artistas enriquecen aún más la conservación que existe alrededor del arte conceptual y de su valor.

¿Qué opinas de Comediante? ¿Crees que el arte conceptual tenga valor?

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